Querido lector, purchase
¿Cómo estás? ¿Qué tal te está yendo todo? Yo estoy pasando por un momento muy bonito, pharm muy conectado con lo que hago y, en general, todo me está fluyendo bastante. Pero no siempre ha sido así… La verdad es que durante los últimos siete años (sí, siete…) he vivido mucho altibajos. Demasiados. Podría decir que los últimos no han sido mis mejores años a nivel laboral. A nivel personal han sido maravillosos, al haber tenido mis tres hijos, pero a nivel profesional he vivido con mucha desconexión.
Y ¿qué es lo que ha sacado de esa desconexión? De entrada diría que era necesario hacer ese viaje con todos los momentos complicados. Hay muchas cosas que he hecho o he dejado de hacer, que he podido o que he sido incapaz, que no me generan nada de orgullo: más bien reflejan mis puntos más débiles e incluso oscuros.
Para que te hagas una idea te diré que he creado seis empresas de las cuales solamente sigue funcionado una. Con las otras han habido momentos muy complicados, con falta de tiempo para atender a los compromisos, falta de poder resolutivo ante lo que se debía haber resuelto y con relaciones que en ocasiones han quedado quemadas, trayendo incluso mucho dolor. Lo quería hacer todo bien pero no fui capaz. Quiero aprovechar para pedir perdón a las personas que quedaron tocadas… Lo hice lo mejor que pude.
Ahora veo que formaba parte de mi viaje y que era importante -simplemente necesario- pasar por esos momentos duros y salir del otro lado, hecho ya todo un hombre. Un hombre que ha aprendido de sus errores, que tiene más conciencia y, sobre todo, menos miedo. El miedo, un punto tan importante. Dijo Franklin D. Roosevelt que ?de lo único que tenemos que tener miedo es del propio miedo.” Así es. El miedo es lo que nos lleva a tomar malas decisiones que nos bloquean la creatividad y nos estorban la visión. Lo complicado es que el miedo se sabe vestir de muchas formas diferentes, es muy creativo, y eso, por desgracia, hace que resulte complicado atenderlo.
Yo ahora me encuentro sin miedo. Nervios, incertidumbre y dudas sí (y muchas), pero no tengo miedo. No como tenía antes, quiero decir. ¿Cómo lo he conseguido? Me lo pregunto a mí mismo: ¿Cuál es la fórmula para poder salir del miedo y encontrar la luz? Te cuento como lo he vivido yo.
Durante esos años he dado muchos giros a mi proyecto vital, Le Cool, y no encontraba la manera de seguir en conexión con él. Le Cool se había centrado sobre todo en el lado social: de salir, de vivir la ciudad, … y yo, con tres hijos y el deseo de ser el mejor padre que pudiera, me alejé de todo eso. Me tenía que alejar. No veía la manera de combinarlo con un estilo de vida Le Cool. Tampoco sentía una conexión con el modelo de negocio de Le Cool, que básicamente se centraba en vender los lectores a las marcas. Ya sabes, si no pagas por algo es porque tú eres el producto. También sentía que yo mismo era el producto que se vendía a las marcas o, en otros casos, el que se pone al servicio de las marcas para crear más deseo de productos que nadie necesita. No sentía conexión ni con las marcas ni con los lectores. O eso pensaba yo.
No obstante durante los últimos años he podido realizar muchos proyectos que eran realmente interesantes y en los que aprendí un montón. Nunca he parado a trabajar. Siempre he sido muy currante, muy pensante y muy de volcarme emocionalmente en los proyectos, aplicando mi creatividad y mi energía en intentar hacerlo lo mejor que puedo. Vaya, que a pesar de tener una gran desconexión no cesaba mi búsqueda mediante multiples proyectos e intentos de encontrar esa cosa que me iba a impulsar a otro nivel de conexión y satisfacción.
Hará ahora dos meses que encontré de nuevo mi misión en la vida. ¿Y eso? ¿Qué pasó? Había llegado el momento. Así lo veo. La búsqueda era necesaria. Cometer los errores y aprender haciendo cosas buenas y algunas malas, era necesario. Fueron todos esos momentos buenos, y todos esos momentos duros, los que me llevaron a descubrir lo que realmente me mueve.
Un día yendo a buscar a mi hijo a clase de música, esperando en el coche, se me abrió el cielo y la luz me tocó desde arriba… ¡¡BOOOM!! ¡¡¡Madre mía, entendí QUÉ TENÍA QUE HACER CON MI VIDA!!! Lo vi, lo sentí, y me dejo tan impactado que tuve que quedarme sentado un momento largo reflexionándolo. Luego llamé a mi mentor, ya que la compresión y la emoción fueron tan fuertes que lo tenía que contar a alguien, y ya! 🙂
¿Qué es lo que había hecho yo para poder tener ese momento revelador? Justamente ese día me había dedicado a hablar con las primeras 20 personas que se habían apuntado al curso, las primeras en contratarlo. Al hablar con ellos me di cuenta de que la gente se encuentra muy perdida, que no sabe cuáles son los pasos que ha de seguir para ir hacia donde realmente quiere estar. Que la gente tiene mucha necesidad de apoyo emocional. Que la gente se siente muchas veces muy sola, con muchas ganas de que alguien le eche una mano, de que le escuche, de que le cuente algo que le anime, de que comparta una experiencia que la ayude a ver que no es la única que siente lo que siente: que es normal, y que realmente hay una manera de salir desde dónde está y caminar hacia delante.
Me di cuenta de que yo soy esa persona. No la única (por suerte), pero sí soy una de esas personas que puede ayudar a los demás a moverse desde donde están ahora e ir hacía la luz, hacía lo que les hará brillar, lo que les hará más felices en su día día. Y también me di cuenta de que mi misión en la vida es aportar todo lo que pueda para que el máximo de personas pueda aprovechar de lo que he aprendido yo, de los conocimientos que tengo y de mi manera de ver el mundo.
La desconexión que yo tenía con el mundo despareció. Me di cuenta de que yo no soy la única persona que desea aprender constantemente cómo vivir mejor, tanto nivel de salud como a nivel de bienestar profesional. La gran mayoría de la comunidad de lectores de Le Cool desean lo mismo que yo.
La conexión que tengo ahora contigo y con los demás lectores es que todos deseamos ser libres. Libres de antiguos pensamientos imitadores, libres de miedos que no nos dejan ver lo que realmente es importante, libres de todas las creencias que ni siquiera son nuestras sino implantadas por la sociedad, libre de escuelas, libres de lugares de trabajo, y libres de otros modelos del mundo que pocas veces se basan en lo que realmente necesita el ser humano para ser libre…
Mi cambio se produjo cuando cambié el foco: moverlo de mí, no ponerlo en lo que deseo yo, sino auténticamente en lo que necesita el otro. ?¿Como te puedo ayudar?” es la frase que ahora me guía. Fíjate cuán liberador es. Aprender cómo ganar mucho dinero, cómo vender, cómo construir una empresa o cómo ser un crack creativo, es complicado. Muy complicado. No obstante ayudar es fácil. Solamente he de preguntar; ?¿Te puedo ayudar en algo?”
Y lo más brutal de todo es que esa pregunta tan sencilla de hacer y atender, además es la clave para tener todo el éxito que deseo en la vida. Los dos pasos del éxito son: ?Deja de pensar en ti, y empieza en pensar en los demás”. Resulta obvio cuando lo piensas. Todos los productos, todos los servicios, y todas las empresas resuelven (mínimo) un problema o una necesidad que tienen sus clientes. Les ayudan en alguna forma. Les traen un beneficio y un resultado al servirlos. Al ayudarlos.
Tardé siete años con mi desconexión, años haciendo muchas cosas diferentes, pero no sentía la misma pasión y entrega que sentía los primeros 4 años de Le Cool, o lo que había sentido en otros momentos en mi vida. Pero al no dejar la búsqueda, al nunca dejar de intentar cosas nuevas, al intentar a ver lo mejor de cada momento, a tener paciencia y fe en que tenía que hacer lo que estaba haciendo, al final llegué de nuevo a sentir la entrega total de mi lado profesional. Poner de nuevo lo mejor de mí al servicio de los demás.
Ahora me siento libre. Sin miedo. Capaz de enfrentarme a los retos. Asumir la responsabilidad de de lo que he hecho, bien y mal, y todo lo que haré, hoy y el resto de mi vida. El camino es seguir lo que más te mueve. Y ver como esa cosa que te mueve ayuda a las personas que tienes a tu alrededor. Por eso es tan fantástico aprender a vivir de tu pasión, de poner tu creatividad a ayudar a los demás.
Muchas gracias por tomarte el tiempo para leer este post tan personal y para mí muy intimo. Es el primer post que hago que empieza a compartir el camino largo que he realizado, que empieza a revelar públicamente los pasos que he seguido para llegar hasta donde estoy ahora, compartiendo los aprendizajes y los ?fracasos” que he tenido.
Te invito como siempre a que compartas conmigo las emociones y pensamientos que te habrán venido al leerme. Valoro mucho tu feedback.
Con amor,
René